Monday, May 12, 2008

Geopolítica sobre Colombia

SUBO OTRO ARTÍCULO DE MO PROFESOR SALIDO HOY lUNES 12 DE MAYO EN EL TELEGRAFO

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Geopolítica sobre Colombia

Juan J. Paz y Miño Cepeda

La controversia con Colombia no terminará tan pronto como se cree o aspira. Para ciertos “analistas” locales incluso queda la sospecha de vínculos gubernamentales con las FARC que ellos creen y alimentan, al punto de elevarlo a tema de comidilla política y especulación mediática.
Pero el asunto no anda por allí. La firme posición del gobierno ecuatoriano y la derrota colombiana en el Grupo de Río y ante la OEA, desestabilizaron adicionalmente las estrategias continentales del otro socio de Colombia en la guerra interna: los Estados Unidos.
En aquellos momentos triunfó la tesis de la soberanía de un Estado contra la “extraterritorialidad” del combate al “terrorismo”. Algo que los EEUU nunca se habrían esperado con los gobiernos neoliberales del pasado reciente. El respaldo unánime al Ecuador fue posible no solo porque América Latina ha entrado a un nuevo ciclo histórico con predominio de gobiernos populares y de izquierda, sino porque toda la región advirtió el peligro que conllevaría la aceptación de las tesis unilaterales de extraterritorialidad defensiva o guerra preventiva contra el “terrorismo”, que los propios EEUU se encargaron de demostrar en Irak.
“No es raro que las oligarquías redefinan sus estrategias y hoy acudan al ‘autonomismo’”
Tras los sucesos de marzo, se ha producido una cadena de hechos: Rafael Correa denuncia infiltraciones de la CIA, remueve los servicios de inteligencia, revisa la “cooperación” militar con los EE.UU., concluirá con la base de Manta y propone una organización de estados exclusivamente latinoamericanos; Brasil plantea el Consejo de Seguridad Sudamericano, avanzan UNASUR y el Banco del Sur; revive el ALBA, Bolivia nacionaliza petróleo y gas, y triunfa en Paraguay el candidato de izquierda. Se acumulan así las fuerzas y gobiernos latinoamericanos que ponen fin al modelo neoliberal, fortalecen el papel económico del Estado, controlan los capitales extranjeros, cortan los abusos empresariales internos, defienden sus recursos y obran con patriotismo y nacionalismo.
No es raro que las oligarquías latinoamericanas redefinan sus estrategias y ahora acudan al “autonomismo”, con el fin de librarse de los nuevos gobiernos “estatistas”. En esa línea se comunican los separatistas bolivianos, venezolanos y ecuatorianos.
Y, en lo de fondo, las nuevas posturas latinoamericanas han entrado en contradicción con el viejo “liderazgo” continental norteamericano, asentado exclusivamente en sus intereses y en su peculiar forma de ver y tratar a la región. Esa vieja visión es incapaz de comprender ahora la multiplicidad democrática en América Latina, la situación de Cuba o lo que ocurre en Venezuela o Bolivia. Con igual incomprensión, el Ecuador luce como una especie de rebelde injustificado ante el conflicto de Colombia. De manera que las presiones y acciones martillarán largo rato sobre el Ecuador, pues en Colombia también se juega la geopolítica continental que procura, de un lado, recuperar la hegemonía norteamericana del pasado y, de otro, volver a posicionar en el primer plano la política y las tesis colombianas frente a las FARC, respaldadas únicamente por los EE.UU.